domingo, 26 de noviembre de 2023

400 años luz



Ya no recuerdo cuándo fue la última vez que pude observarte dormida. Quizá fue aquella vez que descansábamos exhaustos tras una jadeante y sudorosa sesión de sexo. Habíamos salido victoriosos tras el enfrentamiento con ese borracho pirata espacial de sonrisa arrebatadora, y la adrenalina acumulada se liberó en el instante en que cruzamos el mamparo de seguridad que nos separaba de su nave. Nuestros ojos se cruzaron sonrientes, nuestros cuerpos se encendieron y las ropas volaron en el elevador que nos llevaba al puente. La poca luz que había quedado tras activarse la emergencia, hacía que los pocos puntos de luz intermitente que se encontraban activos, perfilasen tu cuerpo a fogonazos, haciendo que viese tu camiseta, tu vientre y tus pechos libres de toda opresión, como en una sucesión de diapositivas. No quedó rincón de la nave que no sucumbiera a nuestra pasión ni convencionalismo social que se librara de nuestra excitada mirada.

Le habías derrotado y eso te llenaba de poder, te liberaba de tanto tiempo bajo su yugo. Tanto tiempo soportando su indiferencia, sus cambios de humor y su adicción al alcohol, que cuando tropezaste conmigo, la amazona dormida que ocultabas bajo esa apariencia de niña buena, despertó como un fénix que renace de sus cenizas. No tendrías que soportar más cosas volando por la habitación, no más accidentes como aquel que casi os cuesta la vida por culpa de uno de sus cambios de humor.

- Nunca más- me dijiste y te apoyé incondicionalmente, te presté un poco de cordura y un lugar lejano a él porque - Temo lo que pueda hacer si estoy cerca.- me susurraste en un abrazo.

Tu mirada se pierde en las estrellas que dejamos atrás fugazmente. Tu cuerpo desnudo me da la espalda y se ofrece a la inmensidad de estrellas que lo observan, tan embelesadas como yo.

- Esto es el principio nene- me dijiste.

Pusimos 400 años luz de por medio y comenzamos juntos alejados de todo...hasta que un día, sin venir a cuento, tu lado de la cama estaba vacío. Pensé que quizás estuvieras en el hangar de carga haciendo deporte como te gustaba hacer antaño, pero no estabas ni tú ni la nave auxiliar.

Una luz parpadeaba en el cuadro de mandos. Tenía un mensaje de vídeo grabado desde el mismo sitio donde me encontraba sentado. Quizá tan sólo unas horas de diferencia, pero todavía me parecía apreciar tu perfume pegado a mi cuerpo, y al asiento.

- Cariño, esto que te digo es una de las cosas más difíciles que he podido hacer nunca. Mucho más que alejarme de Ja’vsa, porque a él hacía mucho tiempo que había dejado de amarlo. Sé a qué me expongo dejándote, pero una pasión como la nuestra posiblemente nos queme pronto y acabemos haciéndonos un daño innecesario. Siempre te recordaré y añoraré la perfecta sincronía de nuestros cuerpos. Nadie en la galaxia puede presumir de haber encontrado un alma gemela, en todos los aspectos, como podemos presumir nosotros. Nunca nadie me amará con la misma pasión, ni me hará gritar de placer como tú, y sin embargo, te tengo que decir adiós. Espero que nos volvamos a ver en el planeta donde van los ancianos a terminar sus días. Seremos novios de asilo o novios eternos separados por millones de kilómetros. Me voy porque te amo demasiado, porque no quiero que renuncies a nada por mí y porque debo saber si tan solo has sido el clavo que saca otro clavo o el clavo que une.

Llegados a este punto mis ojos se encontraban nublados, empañados por lágrimas que se resistían a rodar por mis mejillas, exactamente igual que como me miraba ella desde la pantalla.

- Déjame volar-continuabas diciéndome con la voz entrecortada a través de la pantalla- déjame equivocarme. No voy a ser tan egoísta como para pedirte que me esperes, no sería justo. Te voy a querer siempre, te voy a perder a conciencia, pero me lo debo. Hasta luego bolita, te quiero.

“Fin de la grabación” —me recuerda el ordenador tras un silencio eterno de unos segundos— ¿Desea

volver a reproducir?

Ahora comprendía el pesar que escondía tu “esto es el principio nene”. Mi amazona salvaje por fin trotaba libre, el fénix alzaba su vuelo y seguro que allá donde fuese, sus alas serían gloriosas y libres. Hasta luego cascarita. Te quiero.

- Ordenador, borra el archivo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Gracias por comentar.