miércoles, 14 de julio de 2010

Calor

Mi vida bajo el ventilador, portátil, trabajo, televisión y consola. Fuera de ahí, calor sofocante, desquiciante y no deseada. Calor provocada por nada, cuerpos sudorosos sin un simple roce de por medio. ¡Y no digamos si en un acto de locura, se te ocurre rozarte! Sentir como una gota de sudor cuelga de tu oreja, cae en tu hombro y sigue su carrera apostando si la dejarás correr en tu absurda dejadez por miedo a provocar más como esa. Deshidratarse con sólo pensarlo. Caminar a paso lento para no alterar más tu corazón y sudar un poco más si cabe. Caminar buscando la sombra de las farolas, sentir que casi puedes tener un orgasmo cuando una ínfima ráfaga de aire refresca tu caliente cuerpo sudado. No poder llevar menos ropa porque no te puedes quitar la piel...Quiro declararme en huelga de calor, no queremos tanto, no hace falta tanto para poder ir a la playa. En momentos así añoro a mis queridas montañas, cuando llega el calor, parezco Heidi soñando con volver a casa...porque en el fondo siempre he pensado que aquellas montañas que tanto añoro y a las que le sobra publicidad (soy un egoísta y no quiero que nadie vaya), son mi casa, pese a que en otras épocas la vida allí sea más dura, pese a que la vida allí pueda ser más aburrida...como yo, pese a que este lejos de la familia...que salvo mis padres y un pequeño puñado de amigos, al resto no lo vea más que dos veces al año...¡Cómo hecho de menos mis Pirineos!¡Cómo hecho de menos el invierno!

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Gracias por comentar.