Hace mucho tiempo que escribí este pequeño relato, ganó un pequeño concurso y sé que no tiene mucha calidad (sobre todo si lo comparo con mis autores favoritos), pero para bien o para mal, aquí está. No seais muy crueles XD
El Bosque Sangriento Alejandro Moya Laza G&Y.’00”
Cuando el sol comenzaba a iluminar la noche, el grave ronroneo de una Harley-Davidson modelo Panhead, del año ’45, despertó a Jerónimo de su letargo. Sin pensarlo dos veces salió con su pijama de felpa de Star Wars a recibir a tan preciada maravilla.
- ¡Labrie! Eres inconfundible, ¿cómo sigue la vieja Enterprise?
- Como nunca Gero, ya oyes como ronronea, como un cachorrillo de gato...
- ¿Listo para el Viaje?
- Dame cinco minutos y estaré listo.-dijo Jerónimo al tiempo que corría
hacia la casa.
Mientras tanto Labrie contemplaba con admiración la belleza que se debatía entre sus piernas.
- Nena, parece mentira que sigas funcionando igual que el primer día sin haber recibido ninguna reparación. Lo tuyo es cosa de magia, no encuentro otra explicación.
- ¿Nos vamos? . -exclamó Jerónimo desde la puerta de su casa.
- No me lo repetirás dos veces chaval. ¡Adelante!
Jerónimo se sentó a horcajadas tras Labrie y sin más se pusieron en ruta. Al cabo de tres horas de viaje en la Enterprise, llegaron al aparcamiento del Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido. Saludaron a la vieja caseta del guarda, que sin duda había visto mejores momentos, y sin más preámbulos partieron hacia el refugio de los cazadores, monte arriba, con la idea de trasnochar allí para así, al día siguiente, poder alcanzar la cima del Monte Perdido.
- Oye Labrie esto es fantástico, ¡qué tranquilidad! ¿no te da la impresión de que somos las únicas personas del mundo que han pisado este lugar? . -dijo Jerónimo admirado por el paisaje tan exuberante que lo envolvía.
- ¿Seguro? Mira en ese rincón de allí, donde el agua forma un remanso junto a la cascada, ¿qué ves amigo mío?
- ¡Mierda!
- ¡Exacto! Porquería, deshechos de un ser humano, si se le puede llamar así a una persona con tan poco aprecio por algo que de algún modo forma parte de uno mismo.
- Siento vergüenza ajena cuando veo como nos comportamos los seres humanos.
- Si, yo tan bien me siento así a menudo. En fin Jerónimo, sigamos caminando si queremos llegar al refugio antes de que anochezca.
- Si, será lo mejor; tengo ganas de comer algo caliente, aunque sea de bote.
Comienzo a tener frío.
- Escucha Gero, ¿te han contado alguna vez la historia del bosque sangriento?
- No, ¿qué historia es esa?
- La leyenda de la Madre, el espíritu de la Tierra...Gea
- Ese nombre me suena... ¿no era un personaje de dibujos animados?
- Ja,ja,ja...si, eso también. Pero escucha:
Cuenta la leyenda que a finales del siglo XX, el mundo entero estaba sumido en una amalgama de guerras inútiles, de ambiciones, corrupción y maldad que estaba destrozando el planeta por completo. Todo ello era culpa de un ansia de poder inconmensurable que cegaba al hombre y no le permitía ver
su absurda necedad.
“Y la madre iba aguantando...”
Allí donde mirases encontrabas una chocante dualidad. Pijos cretinos con ropa de marca preocupados de si el grupo de moda era el número uno en las listas de la radio fórmula o si la hija del primo del hermano de la tía del marqués de Txorrapelada se acostaba con algún gigoló en alza y también
hambre. Hambre y rabia de aquellos que lo han perdido todo y de los que se olvidaron acudir el día del reparto mundial.
El mundo se había acostumbrado a una ficticia comodidad que una Revolución Industrial provocó a principios del último siglo del milenio, sin pararse a pensar durante un pequeño instante las posibles consecuencias que se podrían generar de un abusivo uso y desarrollo de esa recién parida tecnología
para un medio ambiente hasta entonces muy sano y acostumbrado a cambios lentos en nuestras maneras, y de las repercusiones que eso tendría para los miles de millones de personas que habitaban la tierra y para aquellas que lo heredarían.
El mundo desarrollado de lanzó a una orgía de consumismo y desenfreno frenético digna del mismísimo Calígula.
La gente se agolpaba en numerosos centros de comercio, comprando productos innecesarios, guiados por un afán consumista metido hasta las cejas por mega campañas publicitarias pensadas para robarte el dinero y que además, contento, pensases que elegías tú el destino de tu dinero.
“Y la madre iba aguantando...”
Mientras tanto en los países “subdesarrollados” la gente moría de hambre, de enfermedades causadas por el hambre y víctimas de los ensayos encubiertos de todo tipo, tanto políticos como alimenticios, bacteriológicos y armamentísticos. Las madres lloraban por sus hijos famélicos, y los hombres
emigraban a tierras lejanas con la esperanza de encontrar un mundo más justo donde los niños no muriesen de hambre. En lugar de eso encontraron el rechazo de aquellos pueblos que se habían olvidado de quienes habían emigrado primero. Encontraron racismo, miseria, represión por no tener un puto papel y encontraron odio por ser de distinto color o religión.
Los estados eran gobernados por chiquillos envidiosos del juguete del vecino. Desarrollando armas capaces de provocar la destrucción masiva de miles de personas, con la excusa de un hipotético “por si acaso”. Invadiendo el lugar señalado por un presidente ignorante, con ganas de probar su último
juguete. Niños atacando países por doquier creyéndose sheriffs de la libertad y exterminando casi por completo a pueblos orgullosos tan solo alguna centena de años atrás, manipulándolos a su antojo y reduciéndolos a reservas, a sangre y fuego. Sheriffs que han convirtiendo a las personas en animales de un circo de lo absurdo.
“Y la Madre se iba cansando...”
Millones de personas, vivían engañadas por instituciones que predicaban el amor de un Dios verdadero, que salvaría las almas de aquellos que siguiesensus sagrados designios, a cambio de una serie de mandamientos a los que ni sus apóstoles mas fervorosos se dignaban a someterse.
Un Dios creado por los hombres a su propia semejanza, según palabras de un famoso filósofo de ese disparatado siglo XX. Inventado por una institución autoritaria y totalitarista que ni el mismísimo Jesús de Nazaret pretendió nunca fundar. Una institución creada por y para el lucro y para el control del poder y de las personas, porque un pueblo dominado a gusto es un pueblo que nunca se revelará y un pueblo ignorante es un pueblo más fácil de someter.
Una institución creada por los falsos profetas que él mismo anunció, embaucadores repartidos por todo el mundo, con espías en cada pueblo, ocultando a sus fieles que Cristo nunca pretendió fundar una iglesia y deseando un rebaño de borregos ignorantes incapaces de preguntarse nada, obedeciendo a ciegas los designios del “enviado de Dios” en la Tierra.
“Y la Madre se reprimía...”
El conocimiento era usado en beneficio propio, tenías que ser el mejor, competir con la gente de una manera insana y desleal. El conocimiento siempre ha sido poder y el poder dinero, por eso no solo no se pretendía mejorar un sistema educativo obsoleto y masificado sino que cada vez más se
pretendía volver a una segunda Edad Media Tecnológica donde tan sólo pudiesen estudiar los ricos y pudientes. Poca gente adquiría conocimientos para utilizarlos de forma Troskiana. En las últimas décadas de la última centuria de ese siglo XX, a partir de 1970 principalmente, la mujer llegó
abiertamente con todo su esplendor a las principales cunas del conocimiento mundial, antaño vetadas a su sexo; pero llegaron tarde, ese gran falo que desde los albores de la humanidad gobernó con mano ciega el mundo, había perdido la última esperanza de iniciar la marcha atrás. Las mujeres heredaron un mundo semiestéril y agonizante, donde el conocimiento se adquiría basándose
en recetas olvidando el antaño apreciado razonamiento. Por los ojos cerrados de la Madre discurrían miles de imágenes centelleantes que dejaban vislumbrar una sociedad gobernada por el Caos, la
Vanidad, la Codicia, la Insensatez y la Intolerancia...Madre no pudo soportar tanto dolor y Madre se cansó...
Y al abrir sus ojos el sol se oscureció y lloró sangre.
Y la sangre bañó la Tierra y a todo aquel que baño se lo llevó consigo...por siempre sangre de su sangre.
Unos y otros, buenos o malos, justos o pecadores, por siempre sangre, en perfecta comunión con la Tierra, de la mano de la Madre.
Y el bosque, en contacto con la sangre, se levantó y abrazó al que lo llamó, que por siempre será elfo, y sepultó en lo más profundo del corazón de la Madre, más profundo que la Tierra misma, al que la insultó con su presencia y sus actos, y jamás será otra cosa que orco, goblin o troll.
Cuando el último de los hombres cerró los ojos se dio cuenta de que necesitaba al bosque, que necesitaba al mar…aunque demasiado tarde de ello,vio que todo eso ya daba igual. Vio lo necios que habían sido los hombres, llevando al mundo a una situación insostenible, destruyendo todo aquello que
costó tanto construir y aniquilando seres vivos por el mero hecho de matar o poseer un abrigo en el armario criando polvo para lucirlo en bodas o entierros y así demostrar su potencial económico. Por todo eso el último de los hombres, llorando en el regazo de la Madre, pidió perdón.
- Madre.- dijo entrecortadamente- deseo pagar por mi estupidez- y su voz sonó como la de millones de personas al unísono- estaba ciego y no escuché tu quebrantado llanto, no vi tus lágrimas derramarse por el firmamento. Por favor apiádate de mí...
Entonces sonó la voz más dulce y melodiosa que el ser humano había escuchado jamás en la Tierra- Vosotros hijos míos, a los que desde siempre guié, en quienes deposité tanta ilusión; vosotros me habéis decepcionado y no volveré a depositar mi confianza en el hombre hasta que me demuestre su valía como persona y no como un animal acorralado, temerosos de todo aquello que le rodea.- Afirmó, y su rostro, entre sollozos se volvió mortecino. Me duele mucho lo que me habéis hecho, como también me duele tener que transformar a todos, para darle una última oportunidad al ser humano; además de los elfos, los orcos, goblins o trolls, aquel que utilizó el conocimiento para llenarse los
bolsillos será convertido en dragón rojo, y aquellos que cultivasen el saber de forma digna, tendrán el honor de ser dragones negros, verdes o blancos, dependiendo del área del saber cultivada.
- ¿Qué será del ser humano entonces?- exclamó preocupado.
- Desaparecerá...al menos durante un tiempo prudencial. Tú hijo mío, serás el padre de una nueva Eva, vas a engendrar una hija que será la llave para vuestro futuro, ella será la depositaria de un conocimiento que va mas allá de todo aquel que la humanidad consiguió, ella se encargará de que no
volváis a pisar el mismo sendero de destrucción.
- ¡Madre!¿Cómo voy a engendrar una hija si soy el último de los seres humanos?
- Yo seré la madre. Fecundarás mi vientre y jamás sabrás nada de nuestra hija porque jamás recordarás nada de lo ocurrido. Cuando pase un tiempo prudencial, la encontrarás o te encontrará ella a ti; el caso es que seréis los únicos seres humanos sobre la faz de la Tierra. Seréis dos personas en el mayor paraíso que jamás haya existido. Viviréis por y para vosotros y vuestro amor sembrará poco a poco vuestra Tierra, porque hijo mío no voy a volver a dar otra nueva oportunidad al ser humano. Para que no olvidéis esto, toda construcción del ser humano permanecerá en pie como muestra
de vuestra necedad. Ahora hijo mío acércate y ámame.
Los ojos de Labrie y Gero se encontraron, mantuvieron la mirada unos segundos…
- ¿Qué te ha parecido Gerónimo? –dijo Labrie con una sonrisa en los labios.
- ¡Por todos los árboles del mundo! ¿Gaia?-exclamó sorprendido.
- No Gerónimo, soy su hija…tu hija.
El refugio quedó en silencio, las dos únicas personas del mundo se miraron un segundo como dos desconocidos. Un planeta para dos personas, una esperanza que reavivar.
- Pero ayer...si ayer por la noche me fui a dormir temprano...no lo entiendo...entonces, mi encuentro con Gaia...¡Por todos los elfos!¡Te concebí ayer!
- Gaia es poderosa Gerónimo. Es lo único que puedo decirte.
- No lo entiendo, ¿no te conocía antes de todo esto?
- No; eso también es obra de Gaia.
- Dios bendito, si eres igual de hermosa que tu madre, ¿cómo no me había dado cuenta?
Ella se encontraba de pie junto a la ventana, la luz del ocaso dibujaba su silueta dejando adivinar un fantástico cuerpo debajo de aquel vestido de gasa que utilizaba para dormir.
Ella lo miró y no pudo más que sonreír por lo que representaba estar ahí delante de un hombre, un día después de haber sido concebida por él.
Gerónimo miraba atónito esos ojos que parecían contener el arco iris. Hizo ademán de querer hablar pero Aroa le indicó con un gesto que no y dejó resbalar el vestido por sus caderas hasta el suelo...
- Adentrémonos en el siglo XXXI...
muy buena historia!
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