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Para alguien que no lo conociera era el típico bar de barrio con olor a fritanga donde el bocadillo de calamares mejor sabía y preparaban los mejores carajillos quemaditos de toda la ciudad. No me gustaba tener que ir a ese tipo de bares a hacer los tratamientos. Por lo general esos bares suelen estar llenos de mierda. No es muy agradable pasar el día arrodillado entre suelos grasientos, máquinas infestadas de cucarachas y cúmulos de comida bajo los mostradores que pueden remontarse a varios años de escaquearse de limpiar. Este era especialmente asqueroso. Los motores de las neveras hervían de Blatella Germanica y desde que las lacas ya no se utilizaban, en casos así podía resultar difícil acabar con la     infestación. Siempre te encontrabas clientes que seguían queriendo que eso que tirabas oliese y consideraban que el inspeccionar motores, arrodillarse bajo las neveras mugrientas para intentar realizar un tratamiento efectivo con gel a base de fipronil no servía de nada. La vieja escuela no entendía que tirar un producto cuya persistencia pudiera llegar a rozar los seis meses o incluso un año, no debía ser bueno por más que pudiera matar una cantidad ingente de cucarachas. Limpieza diaria y aplicarse el lema "No es más limpio el que más limpia, sino el que menos ensucia" suele dar mejores resultados que una laca organo fosforada como el Parathion. Estaba gastando un tubo entero prácticamente en la barra, realmente me sabía mal gastar tanto producto ya no por lo caro (que lo era), sino porque no lo consideraba necesario. Pero mi jefe directo, que no es más que un camarero venido a comercial del control de plagas que aunque hay que reconocer que se ha preocupado de aprender, ya me ha dicho en un par de ocasiones cosas radicalmente diferentes a lo dicho por dos entomólogos de dos empresas diferentes del sector...pero es el jefe. No cabía lugar al razonamiento, si Oscar decía que había que poner seis puntos de gel del tamaño de medio garbanzo en un cartoncito de 3x3 cm y muchos cartoncitos a lo largo principalmente de barra y cocina contraviniendo inclusive las especificaciones del fabricante que recomienda (siempre según infestación), alrededor de un punto de gel como el grano de arroz cada m²